LOS JABONES DEL DUENDE
Muchos me preguntáis por los
jabones que publico en el canal de Telegram del Duende. Y la respuesta siempre
es la misma: no los vendo. Los hago para mí, para regalar a familia y amigos.
Aunque como sigáis así, voy a tener que montar un negocio de jabones artesanales.
Todo empezó con algo tan simple
como mi piel seca. Descubrí que los jabones de glicerina eran tan hidratantes
que podías salir de la ducha sin necesidad de cremas ni aceites. Compré un kilo
de base de glicerina y empecé a experimentar.
Eso sí: la glicerina no puede ser
cualquiera, porque si no, al final estás utilizando un gel de ducha normal y
corriente, pero en forma de pastilla de jabón. La glicerina tiene que ser de
origen vegetal, ecológica, sin SLS, sin aceite de palma ni químicos baratos que
resecan la piel. Porque el SLS es ese tensioactivo que espuma mucho, pero
arrasa con la barrera natural de tu piel, dejándola como cartón. Y el aceite de
palma, además de cargarse selvas enteras, da una base de jabón agresiva y poco
amable con la piel. Prefiero trabajar con una glicerina limpia, sostenible, que
hidrata de verdad y respeta tanto tu piel como al planeta.
A partir de ahí, todo lo que
añado —aceites, plantas, esencias, colorantes— es natural.
Lo que sigue no es un catálogo.
Es un recorrido por los Jabones del Duende: cada uno con su historia, sus
ingredientes y las sensaciones que deja.
Jabón After Sun
Pensado para esos días de verano
en los que el sol se pasa de confianza. Lleva aloe vera, calmante e hidratante,
y aceite esencial de eucalipto, que refresca y alivia. Perfecto después de la
playa o de una jornada de calor extremo: la piel se relaja, baja la rojez y tú
te sientes como si hubieras metido el cuerpo en un vaso de agua fría.
Pack Radical Chic
El nombre viene de una amiga que me pasó la receta. Es un pack de dos pasos que combina exfoliación y mimo.
- Exfoliante de café y coco: el grano de café limpia y exfolia la piel en profundidad, activa la circulación y deja esa sensación de piel despierta. El aceite de coco hidrata al mismo tiempo, para que no se quede tirante.
- - Jabón de coco: después de exfoliar, toca suavizar. Es como una caricia de aceite esencial de coco que deja la piel flexible, suave y con un olor ligero que engancha.
Corazón de Lavanda
Hecho con polvo de arroz, usado
desde hace siglos en Asia para suavizar y unificar la piel, junto con aceites
de coco y almendras dulces. El aroma de lavanda, además de relajante, lo
convierte en un ritual nocturno. Cierra el día con olor a lavanda, como en los
baños orientales donde el arroz y las flores han sido siempre sinónimo de
cuidado y pureza.
Jabón Encaste
Este es muy andaluz: hecho con
aceite de oliva virgen, vino tinto reducido con canela y esencia de sándalo.
Nació porque tengo una amiga enóloga… y demasiadas amigas borrachas. Tranquilos:
no huele a vino, pero sí lleva sus antioxidantes, que combaten los radicales
libres y retrasan el envejecimiento de la piel gracias a los polifenoles y
resveratrol del vino tinto. Deja la piel revitalizada. Porque, seamos sinceros,
¿qué mejor forma de acabar el día que con una bañera de agua caliente, una copa
de vino, velas, palo santo y jabón de vino que huele a sándalo? Relax absoluto.
Autocuidado en toda regla.
Jabón Post-Sport
Después de una buena ruta en bici
o de una sesión de sentadillas, las piernas quedan temblando. Literal. Este
jabón lleva moringa, ashwagandha y aceite de CBD, tres ingredientes que ayudan
a relajar y recuperar. Un jabón con propiedades antiinflamatorias,
antioxidantes y relajantes. El toque de aceite esencial de menta es la guinda:
frescor inmediato, como si el músculo respirara. Ideal para cerrar un
entrenamiento con un chute de calma.
Jabón de Cúrcuma
Especial para el rostro. La
cúrcuma ilumina y ayuda a reducir manchas, mientras que el aceite esencial de
ylang-ylang equilibra y da ese punto sensual. Lo llaman el jabón “efecto glow”:
piel más uniforme, luminosa, con ese brillo natural que no necesita filtros.
Jabón de Romero
El romero es limpieza, siempre lo ha sido. Y este jabón lo uso como un pequeño ritual energético. Porque con este jabón no hablo solo de hidratar y suavizar: hablo de soltar lo que sobra. El romero limpia malas energías y deja la sensación de haber pasado página. Lo uso sobre todo en la jabonera de los baños, para cuando llegas a casa soltar todo lo malo que pueda haber en el exterior, para cuando el cuerpo se carga de energías “pesadas” y, sobre todo, en las noches de cambio de ciclo lunar:
- En luna nueva, cuando se abren ciclos y se planta la semilla de lo que vendrá.
- En luna llena, cuando se cierran los procesos y toca dejar ir lo que ya no sirve para nuestro crecimiento.
Agua, espuma, romero. Y la
sensación clara de estar ligero, limpio, preparado para empezar o cerrar lo que
toque.
Jabón de Avena y Miel
Un clásico que nunca falla. La
avena calma y suaviza, la miel nutre en profundidad, y el aceite de jojoba
refuerza la hidratación. El aceite esencial de vainilla le da el toque goloso,
casi comestible. Es el jabón perfecto para los peques de la casa, sobre todo
para aquellos que tienen piel atópica.
Jabón de Cerveza – “Aire de
los Caños”
Inspirado en un “iluminado” que
conocí en los Caños de Meca. Fue él quien me dijo que este jabón tenía que
llamarse “Aire de los Caños”. Lleva cerveza, rica en vitaminas del grupo B y
proteínas que fortalecen la barrera cutánea y mejoran la suavidad; y lúpulo,
que tiene una acción calmante y antibacteriana. Además, aceite de cannabis,
rico en ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6) que nutre y regenera la piel;
antiinflamatorio, alivia rojeces, irritaciones, eccemas o psoriasis. Muy
equilibrante, porque regula la producción de sebo, beneficiando tanto a las
pieles secas como a las grasas. El aceite esencial de limón le da frescura. Y
no, no huele a cerveza, aunque la tentación de ducharse con una caña en la mano
está ahí… ahora puedes tenerla en forma de jabón.
Jabón de Aceite de Cacahuete y
Miel
Este es peligroso. Huele tan bien
que corres el riesgo de que alguien te dé un bocado en la ducha o al salir de
ella. El aceite de cacahuete nutre, la miel suaviza, y la piel queda jugosa,
casi de anuncio. Es el jabón que más sonrisas arranca, aunque sea solo por las
ganas de probarlo y jugar con él.
Jabón de la Abuela
Un clásico de siempre, hecho con
aceite usado. Aquí no hay cosmética ni cuidados de piel: este es un jabón quitamanchas
natural, uno de los más efectivos que existen. Perfecto para lavar la ropa, especial para la ropa de las mascotas, porque no deja perfumes artificiales que
ellos detestan. Solo ese olor a jabón natural, limpio, sin artificios.
Si lo disuelves, añades
bicarbonato y unas gotas de aceite esencial de árbol de té, se convierte en un
limpiador líquido antiséptico y antibacteriano para el baño. Con él puedes tambien
limpiar superficies y cuidar el planeta. Porque lo sostenible no siempre es inventar
cosas nuevas: a veces es rescatar lo que ya funcionaba.
Y así empezó todo: con una piel seca, una base de glicerina vegetal y la curiosidad de mezclar aceites, plantas, esencias y colores. Hoy cada pastilla cuenta una historia. Y todas tienen algo en común: cuidan la piel, cuidan la energía y cuidan el planeta.
Los Jabones del Duende están
pensados para usarse solo o acompañado. Que puede ser más divertido, …
pero cuidado: no se te vaya a escapar la pastilla de las manos.
Duende del Sur
P.D. Esta cesta la preparé para alguien muy especial.